miércoles, 6 de octubre de 2010

Programas que definieron una generación #1

Dinosaurios (1991)
Dinosaurs




Siendo de la generación mexicana que nació a finales de los ochenta, pasé toda mi infancia en la preciosa década de los noventas (en la que aún me siento!), teniendo recuerdos lívidos de la mayor parte de ella.

Muchas de las cosas que recuerdo son los programas que pasaban en la televisión, y algo en lo que he estado de acuerdo con todos mis amigos de generación, es en que estos programas nos definieron, y cada vez que uno de ellos llega a ser tema de discusión, los recordamos con nostalgia y hasta nos presumimos los unos a los otros quién recuerda más cosas, o quien vio tal capítulo, o quién tenía más juguetes de la serie, y un largo larguísimo etcétera.

Uno de esos programas es Dinosaurios (traída por las mismas personas que nos trajeran a los Muppets y a las películas de las tortugas ninja), que es una serie de televisión con botargas de dinosaurio viviendo una vida moderna en la edad de piedra. Y así de extraño como se escucha, era esta serie de buena.





La serie es una comedia infantil en donde una familia promedio de megalosaurios debe afrontar los problemas comunes que una familia de dinosaurios vive.... o más bien una familia de los noventas.... pero representado por dinosaurios.

Earl Sinclair es el jefe de la familia, el orgulloso megalosaurio que trabaja tirando árboles para la empresa Porque yo lo digo. Fran el ama de casa, madre devota de sus tres hermosos hijos. Robbie, el adolescente punk que siempre trata de hacer lo correcto. Charlene, la hija adolescente que se preocupa más por su apariencia que por los demás. Y, el favorito de todos, el Bebé, sí oficialmente se llama Bebé, que es un niño travieso y consentido que sólo quiere a su mamá, se reveló en un capítulo que en realidad no es el hijo de Earl y Fran, sino que el huevo se mezcló por accidente con el de otra familia, eso explica su color rosado.



Aún siendo una comedia, en el programa en repedidas ocasiones se hablaba de problemas sociales, como la despreocupación por el medio ambiente, el racismo y la preservación de las especies.

Los excelentes animatrónicos de las cabezas de los dinosaurios podían llegar a generar las suficientes emociones para poder saber lo que el personaje estaba haciendo. No es como en otros programas como Barney o los Power Ranger en donde las botargas sólo pueden caminar y tambalearse, sino que son tan buenos y tan detallados, que realmente parece que están ahí y son reales.

La personalidad de cada uno de los personajes principales y secundarios está muy bien definida, lo que logra que la audiencia pueda identificarse más fácilmente con ellos. Además, las tramas de los programas eran siempre interesantes en ocasiones usaban cosas de lo que pasaba en esos momentos en el mundo real, especialmente en la traducción latina.

El programa Dinosaurios, fue todo un fenómeno que marcó a todos y cada uno de los niños que crecieron viéndolo. Aquí en México se disfrutó en 1994 y 1999, por lo que hubo doble oportunidad para que las generaciones lo disfrutaran.

Por último, una de las cosas que todos siempre esperábamos al final del progrma, era la canción del bebé Sinclair, que por lo pegajosa, se convirtió en un sinónimo de la serie. No hay persona que haya visto este show que no se sepa (o se supiera) esta canción de memoria.

¡Hay que quererme!



Si no viste Dinosaurios, no creciste en los noventas....

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