martes, 9 de septiembre de 2014

The Expendables 3


The Expendables parece estar convirtiéndose en una franquicia de testosterona con las estrellas clásicas de los años 80, en donde no nos importa historia o desarrollo de personajes, sino simplemente ver a nuestras estrellas favoritas disparar cantidades industriales de balas a "los chicos malos" sin recibir una sola.

Ver todas esas explosiones de las cuales los héroes siempre parecen poder escapar y los litros de sangre saliendo de los cuerpos mutilados de decenas o cientos de soldados sin nombre, así como a nuestros héroes escaparse de situaciones increíbles de la manera más estúpida.




Nada merecedor de un Óscar, pero entretenido como nunca.

Estrellas como Stallone, Schwarzenegger, Harrison Ford, Antonio Banderas, Jet Li, Mel Gibson, Wesley Snipes, Victor Ortiz, Ronda Rousey, Kellan Lutz...? Espera un momento.... ¿quiénes son estas últimas personas? ¿Qué hicieron estas personas para merecer un lugar junto a nuestras estrellas clásicas?

Lo especial de The Expendables, que nos quedó claro desde la primer entrega, era el formato All-Stars que no se había visto antes, no la venimos a ver para ver a un monton de novatos que apenas iban naciendo cuando Die Hard estaba en el cine. Para eso está todo el montón de películas mediocres que Hollywood saca constantemente.

Willlis sí, Schwarzenegger por supuesto, Chuck Norris claro, Snipes hell yes, incluso Mel Gibson tiene su historia, pero Luts, Rousey y Ortiz tienen mucha historia por delante antes de merecer estar en una película All-Stars.

Ese fue un problema, pero lamentablemente hay otro, el que la acción, la sangre y las explosiones son mucho menores que en las primeras dos entregas y las que hay se concentran al principio y al final, con más de una hora de historia aburrida que no nos interesa en una película de estas.



En general, The Expendables 3 hizo su trabajo, pero se queda cortísimo ante lo que la primer entrega nos ofreció, y si planea dejar a todas estas pequeñas estrellas en la franquicia, no hay forma en que esto se convierta en la celebración de acción que supuestamente debe de ser.

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