miércoles, 22 de abril de 2009

Windows, el inicio




Todo mundo se queja de los muchos errores que tiene Windows; de las muchas pantallas azules que salen; de lo malo que fue Windows Vista; entre otros. Y aunque es verdad que tiene muchos errores. ¿Por qué lo seguimos usando? 

Microsoft ha logrado sobrevivir a todos estos percances por una sóla razón: sabe lo que el usuario quiere, y sabe lo que el usuario está dispuesto a pagar por ello. Es verdad que el sistema falla y que tiene muchos errores, pero generalmente (repito, generalmente), deja hacer bien el trabajo necesario, y cuando ya no deja hacerlo, es más barato comprar una nueva computadora.

¿Pero cómo comenzó todo eso?

Regresemos a la decada de los ochentas, en la que la PC de IBM es la más vendida de todas y MS-DOS es el sistema operativo que corre sobre ellas. 

En esos tiempos, existe una compañía que tiene miedo de que la computación se vuelva más popular en las oficinas que reemplace completamente el papeleo:


Así es, Xerox. 

Xerox tenía tanto miedo de perder su imperio del papel, que decidió entrar al mundo de las computadoras para que cuando el cambio se diera, la empresa siguiera siendo poderosa.

Así fue como creó las tres cosas más importantes de una computadora, cosas que hoy en día vemos como sinónimo de una computadora: Un sistema operativo gráfico; el ratón; y el Internet.

Aunque claro, en esos momentos esas tres cosas eran demasiado jóvenes como para ser iguales a las que tenemos ahora, pero dieron la idea central.

Sin embargo, los ejecutivos no vieron la importancia de dichos inventos, así que otra empresa visionaria decidió tomar esos inventos:



Resulta que Steve Jobs (líder de la siempre visionaria Apple), vio los avances del sistema de Xerox y los decidió aplicar en sus computadoras. En ese entonces la Apple II estaba perdiendo el mercado en la batalla contra la PC IBM (que aún corría en línea de comandos) y decidió implementar esos avances en su nueva computadora: Lisa

Sin embargo, aunque Lisa tenía un buen sistema operativo gráfico, era demasiado costosa (casi 10 veces más que la PC), así que se tiró ese proyecto a la basura y se comenzó a trabajar en otro: Macintosh.

Pero Jobs cometió el gran error de su vida: invitó a Bill Gates para desarrollar las primeras aplicaciones para Macintosh. En esos tiempos, Microsoft casi no se metía en sistemas operativos y era una creadora de lenguajes de programación y de aplicaciones.

Cuando la "Mac" estuvo lista para el mercado y fue lanzada, tuvo un poco de éxito, hasta que se descubrió que aunque era mucho más fácil de usar que la PC, no se podían hacer las mismas cosas con ella, porque faltaban las aplicaciones, las buenas aplicaciones. Y la PC seguía ganando mercado.

Debido a la gran pérdida del mercado, Jobs salió de la empresa Apple a la fuerza (sí, hubo un tiempo en el que Steve no dirigió la empresa), aunque lugo volvió para 1997.

Mientras tanto, Gates trabajó en un "parche" para MS-DOS, que lo convertiría en un sistema operativo gráfico, incrementando aún más las ventas de la PC: Windows 3



Esta aplicación (como ya se dijó, la primera versión de Windows NO era un sistema operativo, sino una aplicación para MS-DOS) se vendió como pan caliente, debido más que nada a que no sólo corría sobre las IBM, sino sobre los muchos clones de PC que en esos momentos estaban en el mercado.

Apple trató de demandar a Microsoft por copiar su concepto, pero por falta de leyes (esto era muy nuevo), perdieron la batalla.

Al estar Windows en la mayor parte de PC's del mundo, se comenzaron a realizar aplicaciones, a mejorar el sistema en sí, a vender, a vender y a vender.

Así que si a alguien le debemos que Microsoft sea el dictador de las nuevas tecnologías es a Xerox, por no ver lo que tenía en las manos. Si lo hubieran visto, hoy sería un mundo muy diferente, estaríamos maldiciendo a Xerox en vez de a Microsoft.

Sin embargo, esto no es raro en el mundo de la computación. Cada vez que ha salido una nueva idea y alguien no la sabe aprovechar, alguien más saca provecho de ella. Desde el principio ha sido así, y al parecer seguirá siendo.

Así que, si tienes una idea que crees que revolucionará el mundo, síguela, y no dejes que nadie te la robe.

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