lunes, 20 de abril de 2009

Triste Guanajuato 2009 (parte 2)

En la dimensión desconocida

El encargado del entrenamiento de los chicos después de la nacional en Puebla, corrió casi por completo por Enrique Lira, ex competidor y ex medallista en la IOI; por lo que él partió con ellos desde el primer día, el domingo.

Mientras él permanecía en Guanajuato con los seis muchachos, en México estábamos preparando a los muchachos que iban rumbo a Colima, pero estábamos al pendiente de todo lo que sucedía por allá.

Para sorpresa de todos, el día lunes los muchachos hicieron muy pocas prácticas comparado con el resto de la gente que estaba con ellos, lo cual nos extrañó.

Pero las cosas se pusieron peor el martes, que fue el día del primer examen, y cuando recibimos los resultados... casi nos caemos...

El mejor de los nuestros estaba en sexto.... y el peor en 13°, sin mencionar que los buenos estaban hasta abajo...

El día miércoles por la noche, Nieves, Martín y yo partimos de inmediato a Guanajuato (pese a que Martín ya no tenía tantas ganas de ir debido a los malos resultados). El jueves ya estábamos allá; llegamos durante el segundo examen, y según Lira las cosas seguían igual de mal.



Al parecer los chicos no habían podido trabajar más porque estaban cerrando muy temprano el laboratorio, y sólo la mitad de los nuestros llevaban portatil (y el resto de los competidores de otros estados también llevaban las suyas). Afortunadamente, cuando llegamos, ya habían suficientes máquinas para cada uno para trabajar en sus habitaciones.

Aunque la complejidad del examen fue menor que la de el primero, los resultados fueron igual de negros...

Por otro lado, pareció que su desempeño para realizar problemas mejoró considerablemente teniendo ahora cada quien una máquina en dónde trabajar.



El día viernes fue un día más de clase, esta vez, de matemáticas; un poco de álgebra modular y exponenciación de matrices. Las clases anteriores las habían dado Luis Enrique Vargas (El Compa), Miguel Covarrubias y Lira, entre otros, y esta vez la dio alguien del CIMAT (el lugar en donde los chicos se entranaban).

Aunque los temas no parecían muy complicados, algunos de los chicos tenían algo de problemas para realizarlos.

El último día llegó, el tercer examen. Este, a mi parecer, fue inclusive más fácAñadir imagenil que el segundo, y cuando los chicos salieron del examen parecía que les había ido bien, al menos mejor que los examenes anteriores.

Después de la comida, los chicos regresaron para escuchar los resultados, para oír quién continuaría en el viaje olímpico y quién no.

Todos se mordían las uñas mientras los encargados leían la hoja de resultados...
つづく



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